Cómo tratar el estrés postraumático

A la hora de tratar el estrés postraumático es importante conocer cuál es su alcance y qué supone para la persona el trauma que acaba de experimentar. Comentamos, a continuación, cuáles son las claves del tratamiento más adecuado.

Diagnóstico del estrés postraumático

Como profesionales, siempre comenzamos con un examen físico que certifique cuáles son los problemas médicos reales que provocan los síntomas más habituales. Posteriormente, realizamos una evaluación psicológica que permita conectar lo que siente el paciente con la causa que lo provoca. Finalmente, ponemos en práctica los criterios recomendados para los psiquiatras en estos casos.

El tratamiento

Lo habitual es combinar la terapia con la medicación. La psicoterapia está destinada a que el paciente aprenda a:

El/la profesional correspondiente deberá identificar la presencia de dolencias asociadas como la ansiedad o la depresión. Además, también identificará si la persona abusa de sustancias o del alcohol para intentar superar el problema. Hay diversas terapias que ayudan a conseguir el éxito.

Terapia cognitiva

Comienza reconociendo cuál es el patrón cognitivo de la persona para cambiarlo progresivamente y evitar que se quede estancada en la situación. Suele combinarse su uso con la terapia de exposición.

El objetivo de esta última es enfrentarse directamente a la causa del problema mediante medios como la realidad virtual. Enfrentarse directamente a lo sucedido contribuye a superarlo de manera progresiva.

Desensibilización

Es importante que subrayemos que esta terapia tiene como objetivo reducir el peso emocional del trauma sufrido, pero no eliminar los sentimientos de la persona sobre lo que le aflige. La meta final es conseguir que la persona siga viviendo su vida de la forma habitual y sin caer en el pensamiento recurrente.

La medicación

Es de gran ayuda para aumentar los efectos de la terapia elegida. Lo más frecuente es que se trate de:

Debemos aclarar que la combinación de las opciones anteriores suele dar un buen resultado siempre que el/la paciente colabore activamente. Un trauma es un momento que rompe la estabilidad mental y el tipo de vida que se tiene. Sin embargo, no debe convertirse nunca ni en un punto final, ni en pensar que somos culpables de lo sucedido.

Por ello, cuando nos dedicamos a tratar el estrés postraumático siempre nos gusta comenzar con un repaso detallado de cada caso. A partir de ahí, elegimos las pautas más eficaces para conseguir que esa persona consiga seguir adelante con un mayor control de sus sentimientos. De su esfuerzo, y de nuestra profesionalidad, dependerá la consecución de estos objetivos.